Las ciudades tienen sus ruidos, su caos y sus pisoteos constantes, en ese contrario habitat suele lograr crecer algun yuyo distinto.
No es una flor en el barro ni una plaga en un rosedal, porque tanto en el caos de cemento como en la intrascendencia del campo se puede encontrar la belleza.
Sólo es distinto. Especial, no por ello mejor.
Esto viene a colación de una anécdota que traje de un viaje al norte, en realidad no tan al norte, fue en la capital de Santiago del Estero.
Volviendo de una presentación de regular a mediocre, me detuve en una esquina de camino al auto y me quedé viendo una estatua. Era de un hombre, en una postura natural, no sería relevante de o ser por ese aire de vida que emanaba, era casi intimidante sentir que una figura de piedra emita la sensacion de poderse mover en cualquier momento.
Un barrendero parece que notó mi estupor, seguramente no era el primero.
-¿Es curioso no? Esa estatua tiene toda una historia, pero casi está olvidada por acá.
- Es increíble, parece que se mueve.
- Si, y si te fijas en la base te vas a dar cuenta que no la trajeron, esa piedra modelada que mirás estuvo acá desde siempre, desde antes que esta ciudad seguramente. Un día una persona empezó a trabajarla de la nada, era un escultor de la zona, conocido localmente.
al principio nadie sabía que iba a hacer porque primero tenía que desbastar la piedra para asemejar su forma para después detallarla.
-Parece que conoce la historia bastante, señor…
-Si, trato de hacerla conocer para que no sea del todo olvidado. Como le decía, Santiago no es tan grande y la gente que pasa por acá es en su mayoría siempre la misma, entonces veían el progreso dia a dia. Pero lo que les llamó la atención fue que cuando empezó a tallar la cara, vió que todos los sentidos están concentrados en la cara, ojos, nariz, boca, un poco atrás los oídos y por supuesto la piel, la cuna del rostro.
-Nunca lo habia pensado de esa manera la verdad.
-Las personas somos arcillas, nos formamos por las fuerzas externas, algunas arcillas se mojan, escurren más, otras se hornean poco, otras mucho, otras se humedecen de menos, en fin. El empezó por la cara, por donde entra la vida, por donde se comunica el cuerpo, ya que pensaba que de esa manera el resto se daría de forma más armoniosa con el entorno.
- Parece que fué uno de los que seguían ese progreso a diario, supongo que con su trabajo era una buena distracción.
El barrendero asintió con la cabeza cubierta por la gorra que formaba parte de su uniforme y de paso lo salvaba de morir de cáncer de piel.
-Como le decía la gente medio que se decepcionó cuando vió que la escultura era de él mismo, una persona común, que ni siquiera tenía una gran presencia como para inmortalizar. Les pareció casi un agravio que usara un lugar publico para una obra tan egocentrica, y lo que mas les molestaba es lo que a usted de asombra, la calidad del trabajo. se decía que el egocentrismo de ese artista era infinito y por el amor que se tenía, se podía plasmar tan perfectamente.
- La verdad que ahora que me lo dice, tiene sentido que la gente se molestara, pero por lo visto lo dejaron seguir.
-Tenía un permiso oficial por un concurso que ganó, donde basicamente se ganó la roca.
-Tambien parece que usted no era de los que le molestaba porque quiere repartir la historia.
-El arte no es para las masas, es para el propio artista, que en su humildad, la comparte con los demás. Una canción, una pintura, esta escultura, es un acto de amor, a otra persona, a una nación, a la tierra de uno, incluso a uno mismo. Es algo tan intimo que lo puede hacer sufrir al artista, como en este caso.
-La verdad que no lo entiendo… Perdón.
En realidad habia perdido un poco el hilo…
-Despreocupese, todos nacemos con un don, que si descubrimos a tiempo y explotamos, podemos cambiar el mundo, cada uno desde su propio y personal lugar.
-¿Y cual fue la desgracia? o lo que hizo sufrir al artista.
A esta altura ya no confiaba mucho en el barrendero, empezaba a pasarse al terreno del charlatan compulsivo.
-Si se fija con atención, el pié izquierdo es distinto al derecho, la textura es distinta.
-La verdad que no lo noto.
- Es normal, es dificil de ver. eso pasó porque despues de un mes de trabajo, cuando estaba terminando, se le partió el cincel, simplemente se rompió. Entonces tuvo que cambiar de herramienta, que es como cambiar de un tango a un flamenco sin previo aviso, no se puede esconder el cambio y el tiempo que toma acostumbrarse al nuevo ritmo. terminó la escultura con ese ultimo cincel, cuando sacaron la foto del ultimo martillazo, en la foto salió la herramienta nueva, robando escena, pero sabía que quien permitió su mayor obra, la mejor versión de sí mismo, fué el cincel que simplemente se cansó, o quizá en su afan y emoción por lo que estaba logrando se preocupó más por su escultura que por su herramienta. Vaya uno a saber.
- Wow, es increible lo que me cuenta, nunca tuve un ojo muy artistico, asi que lamentablemete lo que imagino capaz se queda corto.
-Todos somos artistas hasta que perdemos nuestra herramienta, no hay herramienta mala de por sí, pero siempre se encuentra una que es diferente, que deja fluir alma.
-...
-Supongo que esta vereda no se va a terminar de barrer sola jeje
-Parece que viene viento, nadie se va a dar cuenta jaja
-Yo sí lo voy a saber, aunque los demás no lo noten.
Sonrió.
Miré mi reloj, venía retrasado para el viaje de vuelta. Saludé y me fui, lamento no haberle preguntado el nombre.
Todo el viaje me tuvo pensando ese encuentro. La verdad que yo no noté lo del pie izquierdo.